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Ansiedad en un cristiano ¿Qué dice la Biblia?

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A lo largo de los años en que El Señor me ha permitido caminar con otras hermanas en la consejería, esta palabra se ha repetido infinidad de veces y no te niego que yo también he luchado con ella, así como mis hermanas en diferentes circunstancias de mi vida, la ansiedad por cosas que aun no han sucedido.

La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. Puede hacer que sude, se sienta inquieto y tenso, y tener palpitaciones.

Existe lo que los médicos han llamado TAG (Trastorno de Ansiedad Generalizada) y ellos recomiendan que la persona sea tratada médicamente si:

  • Tiene dificultades para controlar su ansiedad
  • No duerme bien
  • Se siente triste o como si deseara hacerse daño
  • Tiene síntomas físicos a causa de la ansiedad[1]

Es importante hacer esa salvedad antes de ver lo que nos dice la Biblia, ya que Dios en su gracia común le ha otorgado  a los médicos conocimientos para tratar con el asunto médicamente.

También es importante considerar que esta condición se presta a abusos ya sea de parte del paciente o de los médicos que recurren a fármacos sin considerar que un alto porcentaje de las personas que sufren de ansiedad no los necesitan para su tratamiento.

Ahora bien, a nosotros los cristianos se nos dan muchos consejos para tratar con la ansiedad, tenemos la gran bendición de tener la Biblia en nuestro idioma y podemos caminar a través de ella sabiendo que es infalible, inerrante, autoritativa, que es la luz en nuestro camino (Salmo 119:105) para poder ver claramente de que trata la ansiedad, causada por temores en nuestra vida y también como enfrentarla.

“…en la Palabra tenemos ejemplos de hombres y mujeres  que pasaron por momentos de terrible ansiedad, pero el mayor ejemplo lo tenemos en Jesús…”

Recordemos que en la Palabra tenemos ejemplos de hombres y mujeres  que pasaron por momentos de terrible ansiedad, pero el mayor ejemplo lo tenemos en Jesús y Él se conduele con las personas mientras pasan por el sufrimiento pues conoce nuestros pensamientos, nuestros temores y por lo tanto es el único suficiente para liberarnos de ellos cuando nos dice:

“Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar”

Mateo 11:28
…“Él vivió el mayor de todos los temores cuando fue crucificado y azotado en una cruz pero lo soporto…”

Requerimos de alguien que sea más fuerte que toda nuestra ansiedad y Jesucristo es el único suficiente y capaz de liberarnos. Él vivió el mayor de todos los temores cuando fue crucificado y azotado en una cruz pero lo soporto

“Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, también Jesús participó de lo mismo, para anular mediante la muerte es decir, el diablo, y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida”

Hebreos 2:14-15

Los hijos del Señor también han luchado con la ansiedad e inquietudes que se han presentado en el corazón como nos lo muestra la Biblia: “La ansiedad en el corazón del hombre lo deprime, pero la buena palabra lo alegra” Proverbios 12:25; “Cuando mis inquietudes se multiplican dentro de mi, tus consuelos deleitan mi alma” Salmo 94:19; “Escudríñame, oh Dios, y conoce  mis inquietudes” Salmo 139:23

En muchos casos luchamos con la ansiedad pero no queremos reconocerlo,  el apóstol Pedro le da un buen consejo a cristianos que estaban ansiosos, lo cual aplica a nosotros también en 1 Pedro 5:7

“Echando toda su ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de ustedes”.

De manera que esa carga de ansiedad tiene un lugar en los hombros del Señor ya que el tiene cuidado de nosotros.

Podemos ver una definición bíblica de la ansiedad pero también una respuesta cuando estamos pasando por ella. El salmista nos deja un maravilloso ejemplo de qué hacer en esos momentos de ansiedad, en Salmos 42:11 nos dice

¿Por qué te desesperas, alma mía, y por qué te turbas dentro de mi? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez. ¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!

Pablo es otro que toca el tema de la ansiedad y nos deja un excelente consejo para combatirla,

Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús

Filipenses. 4:6-7

A la luz de lo que la ciencia conoce y lo que la Biblia nos aconseja es importante que consideremos el tema de la ansiedad  con la seriedad que merece para ayudar aquellas personas que Dios pone en nuestro camino que pueden estar ansiosas o mantenerse en un estado de ansiedad peligroso.

[1] https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000685.htm

(Este artículo fue publicado originalmente en EBI Blog)

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