El propósito de nuestro sufrimiento
Si estás pasando por algún sufrimiento recuerda que al Señor que es soberano lo está permitiendo para ser consolados por él y consolar a otros y hacernos sensibles con su dolor y para edificación de la iglesia.
Si estás pasando por algún sufrimiento recuerda que al Señor que es soberano lo está permitiendo para ser consolados por él y consolar a otros y hacernos sensibles con su dolor y para edificación de la iglesia.
Amada hermana si estas en un tiempo en que la preocupación ha desencadenado una crisis de ansiedad, voltea tu mirada hacia el Único en quien tenemos esperanza, Jesucristo.
En algún momento de nuestras vidas la prueba llegará. Hoy nos tocó a nosotros esta pandemia que sacude y prueba nuestra fe.
Una de las cosas más seguras en nuestro caminar es que el sufrimiento llegará a nuestra vida.
Que tu vestido sea una muestra de tu deseo de honrar la pureza de tu matrimonio y una declaración de que le perteneces solamente a Dios.
Querida hermana sea que tus pecados hayan sido antes de ser cristiana, o si esos pecados los has cometido siendo cristiana, recuerda que si te has arrepentido, en Cristo hay esperanza.
Que el Señor nos ayude a ser abuelas que honran a Dios mientras instruyen a sus nietos en sus caminos.
Querida hermana, no pienses que yo no he luchado conmigo misma para pedirle ayuda a mi esposo de una manera que a honre a Dios. En el proceso, Dios me ha llevado a rendirme a sus pies, y ha venido transformando maneras de actuar contrarias a la Palabra que traía de mi antigua vida.
Todos recordamos de donde nos sacó el Señor, pero podemos olvidar el pasado porque nuestra esperanza está en Cristo. No debemos quedarnos enfrascados en lo que fuimos sino en el pleno conocimiento que Cristo es nuestra esperanza y que tenemos resurrección en Él y que nos está esperando la gloria eterna.
Servir no se trata de la cantidad de ministerios en los que podamos estar, ni de los pretextos que se puedan dar por tener niños pequeños, sino de la actitud de nuestro corazón. Busquemos ser imitadoras de Cristo.