10 razones por las que debes orar más
La oración no es para entretenernos, sino un mandato de nuestro Señor Jesucristo para cultivar nuestra relación con Él y nuestro crecimiento espiritual.
La oración no es para entretenernos, sino un mandato de nuestro Señor Jesucristo para cultivar nuestra relación con Él y nuestro crecimiento espiritual.
Hoy podemos celebrar ese día triunfante, cuando el verdadero Rey entraba en una asna anunciando la salvación a gente de toda lengua, tribu y nación.
El amor no busca lo suyo, como nos lo habla Dios en esta carta; no busca sacar beneficio, ni gloria por los dones que Él nos ha dado para glorificarle.
Ahora sí una persona misma se dice “Yo soy humilde” al compararlo con lo que dicen las Escrituras podemos ver que lo que está exponiendo y afirmando es su propio orgullo que simplemente sale de lo que hay en el corazón.
Estar a los pies del Señor es cultivar un corazón dispuesto a tener una relación de conocerle más.
En cada momento, la oración debe ser el motor de nuestra vida. Si vivimos cada día conscientes de nuestra necesidad del Señor, aprenderemos a llevar vidas que dependan de Él y lo busquen sin cesar en oración.
Te exhorto a que en este nuevo año podamos cada día adorar con nuestras vidas al Rey de reyes, Señor de señores. Que compartamos las Buenas Nuevas de Salvación con toda persona sin importar de dónde vengan, o lo que practiquen.
¡Qué gran siervo es este Cristo de la promesa de Isaías, qué maravilloso es Cristo, el que vive y reina para siempre! Al pensar en esta gran promesa y al pensar en Cristo, cómo no regocijarnos, especialmente en estos días cuando celebramos, su nacimiento.
En medio de sus planes, cuando permite el sufrimiento es llevarnos más hacia la santidad y al cumplimiento de sus propósitos en nuestra vida.
Que la vida de esta mujer nos enseñe a ver la benevolencia del Señor hacia mujeres rechazadas por su origen de nacimiento y el pecado en ellas. Hay esperanza en nuestras vidas cuando nos arrepentimos de nuestros pecados y reconocemos a Cristo como nuestro Señor y Salvador.