Nido Vacío: Cuando los hijos se van de casa
Te invito a ver este conversatorio sobre el tema «Nido Vacío: Cuando los hijos se van de casa» junto con el Ministerio de Maestras de la Palabra.
Te invito a ver este conversatorio sobre el tema «Nido Vacío: Cuando los hijos se van de casa» junto con el Ministerio de Maestras de la Palabra.
Qué hermoso es saber que Dios me ha permitido ser madre, un rol que Él mismo determinó, y que Él tiene un propósito en cada etapa que tenemos que afrontar, incluyendo el nido vacío.
Amada hermana, en esta etapa de la vida en que los hijos ya no están en casa y estés pasando por momentos en los que te sientas sola, recuerda que el Señor está contigo y que sus planes para ti son siempre buenos. Él tiene un propósito para nosotras en cada etapa de nuestra vida.
Si ahora estás educando a tus hijos, a continuación algunas oportunidades para enseñarles a servir a Dios. ¡Espero sean de edificación!
En nuestro hogar fue donde comenzó el servicio, con tareas tan básicas como ayudar a doblar su ropa, recoger sus juguetes y otras responsabilidades según la etapa de crecimiento.
Te animo a buscar formas de servir en tu iglesia e incluir a tus hijos para asentar un hábito de servicio en sus vidas desde temprano, viendo en ti un modelo de mujer que cuida de ellos como la Biblia manda y está dispuesta a servir a otros siguiendo el ejemplo de nuestro Señor.
Servir no se trata de la cantidad de ministerios en los que podamos estar, ni de los pretextos que se puedan dar por tener niños pequeños, sino de la actitud de nuestro corazón. Busquemos ser imitadoras de Cristo.
Aunque nos duela profundamente que un hijo/a no sea cristiano o siendo cristianos vivan en pecado y aunque no apoyemos su forma de vida o el pecado en que se encuentre debemos seguir amándolos, apuntándoles a la cruz, ellos son imagen de Dios.
Querida hermana recuerda que, aunque nos duela profundamente que un hijo/a no sea cristiano o siendo cristianos vivan en pecado y aunque no apoyemos su forma de vida o el pecado en que se encuentre debemos seguir amándolos, apuntándoles a la cruz, ellos son imagen de Dios.
La maternidad es el trabajo más hermoso que el Señor me ha podido dar, pero también el más difícil que he tenido que enfrentar. He pasado por un sinfín de situaciones de sufrimiento con mis hijos desde que estaban en mi vientre.