Podcast: Ayuda Idónea
Desde el principio, Dios diseñó a la mujer para ser ayuda idónea –Ezer en hebreo–. Contrario a lo que muchas mujeres creen, el ser ayuda idónea no vino con la caída: fue el diseño original de Dios el que fuéramos la ayuda del hombre. De hecho, Él formó a la mujer del hombre (Génesis 2:22, 1 Corintios 11:8-9). Sin embargo, sin la mujer, el hombre en su perfección estaba incompleto. Fuimos creadas para completarlos, no para competir y tener una “realización personal” a la par con ellos.