Podcast: Cómo cultivar la lectura en medio de una agenda ocupada
La lectura es fundamental para nuestro crecimiento espiritual y para hacer discípulos en tu hogar, en tu iglesia local, o en cualquier otro lugar al que Dios te envíe.
La lectura es fundamental para nuestro crecimiento espiritual y para hacer discípulos en tu hogar, en tu iglesia local, o en cualquier otro lugar al que Dios te envíe.
La época actual es una de gracia y misericordia para el perdón de pecados, todavía es el mismo Rey que esta montado en una asna, pero vendrá el día que entrará en un caballo blanco y con espada para juzgar (Apocalipsis 19:11-21).
Recordemos que El Señor nos enseñó cuál es el más grande mandamiento y el segundo también. El prójimo no está constituído solo por nuestros hermanos en la fe, sino también nuestros enemigos.
Que Dios nos dé la sabiduría cada día para vivir el diseño que Él estableció en Su Palabra para cada una de nosotras.
Ser una esposa de un plantador de iglesias pone muchas demandas en nuestra vida, sin embargo el saber que estamos cumpliendo con el llamado de Dios produce en nosotras una satisfacción incomparable e incalculable.
Como creyentes somos llamados a defender la causa del que sufre. Debemos estar conscientes de que la maldad existe y aun en algunas congregaciones se han dado situaciones de abuso.
Los dones son dados por Dios para la edificación de la iglesia local, en ninguna parte de la Palabra encontramos el demandar exigencias por nuestro servicio.
A veces es fácil sentir -como mujer- que sabes más que tu esposo sobre la familia, la Biblia e incluso sobre la iglesia. Existe un peligro latente de querer ser tú la que tomes las riendas del liderazgo en vez de apoyar el liderazgo masculino.
El amor implica morir a nosotros mismos. El amor no es una opción y es de suma importancia como lo expresó Pablo por inspiración divina más adelante 1 Corintios 13:13 (LBLA) «Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.»
Los conflictos y diferencias se producen en todo matrimonio. Pero es importante saber que, si bien es cierto que debemos expresar lo que pensamos, debemos hacerlo a la luz de los principios de la Palabra para no caer en aquellas peleas que fracturan nuestra relación matrimonial.