Hubiera yo desmayado
Salmo 27
Como muchos de los Salmos escritos por el Rey David, este es uno que escribió en tiempos de dificultad y lo han relacionado con los siguientes eventos:
- Cuando Saúl le perseguía (1 Samuel 23:6-14) e intentaba matarle (Salmo 19).
- Cuando su hijo Absalón se rebeló por querer su reino y el Rey David huía por temor de ser asesinado (2 Samuel 15,19).
- En los tiempos de batalla con los filisteos.
Se cree que en esos tiempos el rey David era de edad avanzada, enfermo, sin fuerzas, pero no había perdido su valentía y confianza en Dios.
Este Salmo está compuesto por una mezcla de cinco fragmentos. Como podemos ver comienza y termina con la confianza en el Señor.
- Confianza en el Señor (v.1)
- Confianza a pesar de los enemigos (vv. 2-3)
- Confianza ante y en la presencia del Señor (vv. 4-6)
- Confianza en la oración (vv. 7-12)
- Confianza en el Señor (vv. 13-14)
¿Cómo podemos meditar en este Salmo para nuestras vidas?
1) Confianza en el Señor a pesar de los enemigos; (vv. 1-3)
Jehová es mi luz y mi salvación
David adoraba a Dios en medio de todas las tribulaciones que experimentaba aquí en la tierra. Él no estaba en oscuridad eterna, DIOS era su luz y salvación. Sin importar la situación, su confianza estaba en el Señor.
Jehová es la fortaleza de mi vida
Hay momentos que nuestra fortaleza decae, generalmente confiamos en nuestra sabiduría, fuerzas, familia, salud, cuerpo, dinero, amigos. Pero David comprendía que su fortaleza más grande era la confianza en el Señor.
¿De quién temeré? ¿De quién he de atemorizarme?
David usó dos expresiones de instrumento poético para poder señalar este asunto y agrupar estas ideas semejantes.
Jehová era su luz, su salvación, su fortaleza… entonces no había porque tener temor, ni aterrorizarse. Por lo tanto, como hijas del Señor no debemos tener temor sino vivir confiadas a pesar de las circunstancias. Si bien esto es más fácil decirlo que vivirlo, es factible.
“Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí espera a Jehová”
Salmo 27:14
Para no desmayar, no temer debemos apoyarnos en la fuerza en quien verdaderamente está, en Jesús, así como lo describe en Mateo 10:28-31
“Y no temas a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos”
Mateo 10:28-31
2) Confianza ante y en la presencia del Señor (v. 4)
En este versículo podemos observar el deseo de David de habitar en presencia del Señor. Meditemos y deleitémonos en Su magnificencia y generosidad, para así conocerle más y mejor.
3) Confianza en la oración y pidiendo dirección (vv. 7-13)
David sabía que Jehová le escuchaba, aunque a veces pensara que estaba ausente en medio de vivir tantas situaciones en su vida hasta el punto de estar en peligro. Pero lo único que lo llevaba a vivir confiado era estar en Su presencia en oración. David sabía que el cuidado de Jehová iba más allá que el cuidado de las relaciones humanas. Él creía que sus padres no lo dejarían, pero aun si lo hubieran hecho el Señor no lo haría.
“Aunque mi padre y madre me dejarán, con todo Jehová me recogerá”
Salmo 27:10
David no quería vivir a su manera, quería vivir en el camino de Jehová y por lo tanto dependía del Señor.
“Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.”
Salmo 73:26
4) Confianza en el Señor y aliento para nuestra alma
“Hubiera yo desmayado, sino creyese que ver la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes.”
Salmo 27:13
Desmayar es algo en lo que podemos caer cuando la adversidad nos visita, pero David había conocido la bondad del Señor. En sus palabras nos deja ver el alcance de la bondad de nuestro Dios y en el momento que está viviendo, se la recuerda a sí mismo y como sabemos que lo que escribió fue por inspiración divina, también aplica a nosotros y debemos recordar en todo tiempo la bondad de nuestro grandioso Dios
«La confianza en el Señor trae descanso, David descansa en ella y del mismo modo, nosotros debemos hacerlo también.»
La confianza en el Señor trae descanso, David descansa en ella y del mismo modo, nosotros debemos hacerlo también. David aprendió a vivir a los pies del Señor ante la adversidad.
Conclusión:
Que nuestro día a día podamos ser mujeres a los pies del Señor, meditando Su Palabra, viviendo conforme a ella, orando y dependiendo totalmente de ella pues esa será la única forma en que no desmayaremos a pesar de que en esta tierra pasemos tiempos de dolor y sufrimiento.
Que tomemos el ejemplo de María la hermana de Marta quien fue una mujer a la que Jesús elogió y ella nos dejó una actitud para imitar en nuestras vidas.
“Marta, en cambio, se preocupaba con muchos quehaceres y, acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria, y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”
Lucas 10:40-42
Quisiera terminar con una frase de quien fuera conocido como El príncipe de los predicadores, Charles Spurgeon, para que nos sirva para animarnos a no desmayar.
«Espera a Su puerta con oración; espera a Sus pies con humildad; espera en Su mesa con servicio espera en Su ventana con expectación.»
No desmayes, no te rindas, confía en el Señor, tu sufrimiento, tu dolor, tu batalla, y hasta persecución son pasajeras. Llegará el día que estaremos del otro lado de la gloria gozando de la presencia de nuestro Señor sin los efectos de una naturaleza pecaminosa.
(Este artículo fue publicado originalmente en Lifeway Mujeres)