
Podcast: 5 cosas que he aprendido del nido vacío
Qué hermoso es saber que Dios me ha permitido ser madre, un rol que Él mismo determinó, y que Él tiene un propósito en cada etapa que tenemos que afrontar, incluyendo el nido vacío.
Mujer viviendo Coram Deo
Estas disciplinas —lectura de la Palabra, oración, meditación, ayuno, adoración, confesión de pecados— son esenciales en nuestro caminar, y te ayudaran a enfrentar las diferentes situaciones con el espíritu correcto. De lo contrario, la carne se interpondrá y tus reacciones y acciones va a tener una mala motivación.
Amada hermana, Jesucristo ya perdonó tus pecados. Eres una preciosa joya, la cual Él ha transformado por Su gracia y misericordia. Usa tus cicatrices para darle toda la honra y gloria.
Mi oración es que, como iglesia, podamos amar y servir a nuestras hermanas, dejemos de etiquetarlas como madres solteras y las veamos como Cristo las ve: hijas amadas redimidas por Su obra.
Dios obró de manera sobrenatural dándole un hijo a Sara no solo por amor a ella y Abraham, sino por amor a ti y a mí. Fue a través de la descendencia de Sara que nació el Salvador del mundo, aquel quien perdonó nuestras ofensas y nos dio una nueva vida en Él.
Estas disciplinas —lectura de la Palabra, oración, meditación, ayuno, adoración, confesión de pecados— son esenciales en nuestro caminar, y te ayudaran a enfrentar las diferentes situaciones con el espíritu correcto. De lo contrario, la carne se interpondrá y tus reacciones y acciones va a tener una mala motivación.
Amada hermana, Jesucristo ya perdonó tus pecados. Eres una preciosa joya, la cual Él ha transformado por Su gracia y misericordia. Usa tus cicatrices para darle toda la honra y gloria.
Mi oración es que, como iglesia, podamos amar y servir a nuestras hermanas, dejemos de etiquetarlas como madres solteras y las veamos como Cristo las ve: hijas amadas redimidas por Su obra.
Dios obró de manera sobrenatural dándole un hijo a Sara no solo por amor a ella y Abraham, sino por amor a ti y a mí. Fue a través de la descendencia de Sara que nació el Salvador del mundo, aquel quien perdonó nuestras ofensas y nos dio una nueva vida en Él.
Estas disciplinas —lectura de la Palabra, oración, meditación, ayuno, adoración, confesión de pecados— son esenciales en nuestro caminar, y te ayudaran a enfrentar las diferentes situaciones con el espíritu correcto. De lo contrario, la carne se interpondrá y tus reacciones y acciones va a tener una mala motivación.
Amada hermana, Jesucristo ya perdonó tus pecados. Eres una preciosa joya, la cual Él ha transformado por Su gracia y misericordia. Usa tus cicatrices para darle toda la honra y gloria.