Consolación en tiempos de Coronavirus
En algún momento de nuestras vidas la prueba llegará. Hoy nos tocó a nosotros esta pandemia que sacude y prueba nuestra fe.
En algún momento de nuestras vidas la prueba llegará. Hoy nos tocó a nosotros esta pandemia que sacude y prueba nuestra fe.
Una de las cosas más seguras en nuestro caminar es que el sufrimiento llegará a nuestra vida.
Que tu vestido sea una muestra de tu deseo de honrar la pureza de tu matrimonio y una declaración de que le perteneces solamente a Dios.
Querida hermana sea que tus pecados hayan sido antes de ser cristiana, o si esos pecados los has cometido siendo cristiana, recuerda que si te has arrepentido, en Cristo hay esperanza.
Que el Señor nos ayude a ser abuelas que honran a Dios mientras instruyen a sus nietos en sus caminos.
Querida hermana, no pienses que yo no he luchado conmigo misma para pedirle ayuda a mi esposo de una manera que a honre a Dios. En el proceso, Dios me ha llevado a rendirme a sus pies, y ha venido transformando maneras de actuar contrarias a la Palabra que traía de mi antigua vida.
Todos recordamos de donde nos sacó el Señor, pero podemos olvidar el pasado porque nuestra esperanza está en Cristo. No debemos quedarnos enfrascados en lo que fuimos sino en el pleno conocimiento que Cristo es nuestra esperanza y que tenemos resurrección en Él y que nos está esperando la gloria eterna.
Servir no se trata de la cantidad de ministerios en los que podamos estar, ni de los pretextos que se puedan dar por tener niños pequeños, sino de la actitud de nuestro corazón. Busquemos ser imitadoras de Cristo.
Una de las misiones de los diez mandamientos es enseñarnos el amor a Jesús (Juan 14:15), y entre esos mandamientos, el objetivo del quinto mandamiento es honrar a mamá.
Las dificultades se presentan en el matrimonio por diferentes situaciones que llegan a la vida sean por nosotras mismas o terceras personas, solo podrán tener una solución cuando el centro de nuestras vidas sea Jesús y dependamos únicamente de su sabiduría divina