Yo soy “humilde”
Ahora sí una persona misma se dice “Yo soy humilde” al compararlo con lo que dicen las Escrituras podemos ver que lo que está exponiendo y afirmando es su propio orgullo que simplemente sale de lo que hay en el corazón.
Ahora sí una persona misma se dice “Yo soy humilde” al compararlo con lo que dicen las Escrituras podemos ver que lo que está exponiendo y afirmando es su propio orgullo que simplemente sale de lo que hay en el corazón.
Aunque seas de un carácter fuerte o débil, ninguna es mejor que otra porque ambas necesitamos de un Salvador y necesitamos caminar siguiendo Su voz para poder hacer la diferencia como hijas, para que, con nuestro carácter modelemos Su luz.
Estar a los pies del Señor es cultivar un corazón dispuesto a tener una relación de conocerle más.
En cada momento, la oración debe ser el motor de nuestra vida. Si vivimos cada día conscientes de nuestra necesidad del Señor, aprenderemos a llevar vidas que dependan de Él y lo busquen sin cesar en oración.
Te exhorto a que en este nuevo año podamos cada día adorar con nuestras vidas al Rey de reyes, Señor de señores. Que compartamos las Buenas Nuevas de Salvación con toda persona sin importar de dónde vengan, o lo que practiquen.
¡Qué gran siervo es este Cristo de la promesa de Isaías, qué maravilloso es Cristo, el que vive y reina para siempre! Al pensar en esta gran promesa y al pensar en Cristo, cómo no regocijarnos, especialmente en estos días cuando celebramos, su nacimiento.
Amada hermana, te animo a que puedas tener esperanza en medio de la depresión en Navidad. Es hermoso recordar que descansamos en la soberanía de nuestro gran Señor, todo lo tiene bajo su absoluto control y voluntad. Nuestra esperanza no está en nuestro dolor, soledad, sufrimiento, etc.; está en Jesucristo.
Sin importar las circunstancias, podemos celebrar que un día nació un niño en Belén a quien el Padre envió a morir en una cruz y derramar Su sangre hasta morir, fue sepultado y resucitado para nosotras tener la esperanza eterna en Cristo y recordarnos el evangelio en medio cualquier tormenta.
Vivimos en un mundo caído en el que toda clase de problemas, dificultades y enfermedades se presentarán en nuestro camino.
Dios nos creó con emociones las cuales las hizo con propósitos para nuestro bien, pero muchas veces permitimos que no actúen de acuerdo a la Palabra