Esperanza a pesar de mi pasado
Querida hermana sea que tus pecados hayan sido antes de ser cristiana, o si esos pecados los has cometido siendo cristiana, recuerda que si te has arrepentido, en Cristo hay esperanza.
Querida hermana sea que tus pecados hayan sido antes de ser cristiana, o si esos pecados los has cometido siendo cristiana, recuerda que si te has arrepentido, en Cristo hay esperanza.
Que el Señor nos ayude a ser abuelas que honran a Dios mientras instruyen a sus nietos en sus caminos.
Amada, te animo a tomar una decisión rotunda sobre lo que permites invadir tu mente y ocupar tu tiempo. ¡Dediquémonos a la alimentación espiritual y el servicio a nuestro Señor!
Querida hermana, no pienses que yo no he luchado conmigo misma para pedirle ayuda a mi esposo de una manera que a honre a Dios. En el proceso, Dios me ha llevado a rendirme a sus pies, y ha venido transformando maneras de actuar contrarias a la Palabra que traía de mi antigua vida.
Todos recordamos de donde nos sacó el Señor, pero podemos olvidar el pasado porque nuestra esperanza está en Cristo. No debemos quedarnos enfrascados en lo que fuimos sino en el pleno conocimiento que Cristo es nuestra esperanza y que tenemos resurrección en Él y que nos está esperando la gloria eterna.
Servir no se trata de la cantidad de ministerios en los que podamos estar, ni de los pretextos que se puedan dar por tener niños pequeños, sino de la actitud de nuestro corazón. Busquemos ser imitadoras de Cristo.
Mi querida hermana, aunque la perspectiva del mundo sobre las madrastras no sea muy favorable, el evangelio cambia nuestra perspectiva y nos lleva a ser madrastras conforme al corazón de Dios sin importar las situaciones que se están viviendo.
La mentoría bíblica se trata de relaciones que tenemos unas con otras para poder enseñar el mensaje de la Palabra con el propósito de ponerlo en práctica en nuestra vida diaria.
Una de las misiones de los diez mandamientos es enseñarnos el amor a Jesús (Juan 14:15), y entre esos mandamientos, el objetivo del quinto mandamiento es honrar a mamá.
La oración no es para entretenernos, sino un mandato de nuestro Señor Jesucristo para cultivar nuestra relación con Él y nuestro crecimiento espiritual.